
La decisión de The National Diet Library (NDL) de Japón de no coleccionar los nuevos cartuchos «clave» de la Switch 2 aviva el debate sobre el futuro de la preservación de videojuegos en la era digital. En un movimiento que ha resonado en la industria, la institución encargada de archivar el patrimonio cultural del país ha determinado que estos formatos no cumplen con los criterios para ser considerados soportes físicos, generando preocupación entre jugadores y preservacionistas.
El Guardián de la Cultura Japonesa: The National Diet Library (NDL)
Para entender la magnitud de esta decisión, es crucial conocer qué es la The National Diet Library (NDL). Establecida en 1948, es una de las bibliotecas más grandes del mundo y funciona como biblioteca de depósito legal. Esto significa que, por ley, todos los editores nacionales deben entregar copias de cada nueva publicación para su preservación. Un sistema similar al de la British Library o la Biblioteca del Congreso de los EE. UU.
Desde octubre del año 2000, este mandato se extendió a los videojuegos físicos: CDs y cartuchos. Gracias a esto, la NDL alberga y preserva en condiciones de archivo más de 9.600 títulos, creando un invaluable repositorio de la historia lúdica de Japón.
¿Qué son las Game-Key Cards y por qué son Polémicas?
Según reports de medios como Famitsu (citados por Automaton), la NDL ha anunciado que no incluirá las Game-Key Cards de la Nintendo Switch 2 en su colección. La razón es simple y contundente: no las considera «medios físicos» en el sentido tradicional.
Un portavoz de la NDL explicó que su política solo permite preservar «medios físicos que contengan el contenido mismo». Dado que una Game-Key Card, por sí sola, no contiene los datos del juego sino que actúa como una llave o licencia para descargarlo desde la tienda online, queda fuera de su ámbito de acción.
El Funcionamiento de los Cartuchos-Clave
A diferencia de los cartuchos tradicionales de Switch que almacenan el juego completo, las Game-Key Cards de la próxima consola funcionan de manera diferente:
- No contienen el juego: Son esencialmente un código de descarga físico.
- Requieren conexión online: Necesitan conectarse a los servidores de Nintendo para descargar el contenido real.
- Son re-vendibles/intercambiables: Su ventaja sobre un «código en una caja» es que se pueden comerciar físicamente, similar a un juego tradicional.
Beneficios vs. Riesgos: Un Debate Necessario
Este nuevo formato presenta una dicotomía clara.
Ventajas:
- Coste de fabricación: Son teóricamente más baratos de producir que los cartuchos con alta capacidad y velocidad.
- Mantención del mercado físico: Permiten la reventa y el intercambio, una función que los juegos 100% digitales eliminan.
Desventajas y Preocupaciones:
- Preservación a largo plazo: El riesgo principal. La jugabilidad depende de que los servidores de Nintendo estén activos. ¿Qué pasará dentro de 20 o 30 años? Si Nintendo cierra la tienda de la Switch 2, como hizo con la Wii U y 3DS eShops en 2023, la capacidad de descargar el juego podría perderse, convirtiendo la tarjeta en un trozo de plástico inservible.
- Incertidumbre: Si bien Nintendo ha permitido la re-descarga de contenidos de consolas ya discontinuadas (como la Wii, cuya tienda cerró en 2019), no hay garantías eternas. El «futuro previsible» no es lo mismo que «para siempre».
La Industria alza la Voz: Críticas desde el Sector
La noticia ha sido recibida con desaprobación por parte de figuras destacadas de la industria dedicadas a la preservación de videojuegos.
Stephen Kick, CEO de Nightdive Studios (un estudio especializado en remasterizar juegos antiguos y fuera de circulación), declaró a GamesIndustry.biz: «Ver a Nintendo hacer esto es un poco desalentador. Esperarías que una compañía tan grande, con una historia tan storied, se tomara la preservación un poco más en serio».
De manera similar, Alex Hutchinson, director de juegos como Far Cry 4 y Assassin’s Creed III, ha criticado abiertamente el sistema de tarjetas clave, señalando los problemas que representa para la conservación del medio a largo plazo.