Pokémon: La Historia de los Perros Legendarios

¿Alguna vez te has preguntado qué sucedió realmente en la Torre Tin, el majestuoso símbolo del misterioso pasado de Johto? Las historias dicen que no es solo un edificio alto; es el lugar de origen de tres Pokémon legendarios. Pero, ¿cómo llegaron a serlo? ¿Qué oscuro secreto guarda la torre? Permíteme llevarte atrás en el tiempo, mucho antes de los eventos de los juegos que conocemos hoy. Esta es una historia de fuego, rayos y lluvia, una historia de Ho-Oh y los perros legendarios.

Todo comenzó hace 150 años, cuando una tormenta tan violenta azotó la torre occidental que parecía como si el cielo mismo estuviera enfadado. Un enorme rayo cruzó el cielo, golpeando la torre con tal fuerza que incendió todo el edificio. El fuego ardió descontroladamente durante tres largos días, devorando todo a su paso. La gente de Johto observaba horrorizada, incapaz de detener las llamas, pero nadie podía hacer nada para frenarlas.

El tercer día, justo cuando toda esperanza parecía perdida, el cielo se abrió. Una tormenta de lluvia torrencial cayó de repente, inundando el suelo y apagando el fuego. La gente aplaudió, agradecida por la lluvia que salvó al resto de Johto de las llamas. Pero cuando miraron lo que quedaba de la torre, algo inimaginable ocurrió. Allí, de pie en las cenizas, estaban tres Pokémon, criaturas misteriosas como nunca antes se habían visto.

La gente se asustó. Nadie sabía de dónde habían venido, pero los tres Pokémon legendarios parecían encarnar los mismos elementos que habían causado el incendio. Uno poseía el poder del rayo, su cuerpo chisporroteando con energía eléctrica. Otro estaba envuelto en llamas, su fuego ardiendo incluso más fuerte que el incendio de la torre. Y el tercero, brillando como el agua misma, poseía el poder de la lluvia, moviéndose con gracia y calma como si la tormenta nunca hubiera existido.

Estos tres Pokémon no eran como los demás, y no tenían nombres. Simplemente se los conocía como los Pokémon del rayo, el fuego y la lluvia. Sin embargo, había algo familiar en ellos. Al estar juntos, la gente se dio cuenta de la verdad: eran las reencarnaciones de tres Pokémon muy especiales: Vaporeon, Flareon y Jolteon, transformados por Ho-Oh en poderosas entidades legendarias.

Fue Ho-Oh, el guardián del cielo y el pájaro legendario de Johto, quien descendió de los cielos para resucitar a estos Pokémon. Ho-Oh había velado por las vidas de estas criaturas durante siglos, y cuando perecieron en las llamas, fue Ho-Oh quien les dio nueva vida, transformándolos en los Perros Legendarios: Suicune, Raikou y Entei.

Sin embargo, lo que ocurrió después fue algo que nadie esperaba. Cuando los tres Pokémon se pusieron de pie ante la multitud, su poder era arrollador. Ya no eran simples Pokémon. Eran la encarnación de la furia de la naturaleza, y lo sabían. El suelo temblaba bajo sus patas, y el aire se cargaba de energía. Estaban vivos nuevamente, y su poder era demasiado grande para ser controlado por nadie.

De repente, los tres perros legendarios pasaron a la acción. Raikou, el Pokémon del rayo, corrió con tal velocidad que parecía que podía controlar el mismo rayo. Suicune, el Pokémon del agua, se movía con gracia, su cuerpo fluyendo como la lluvia suave que había salvado la torre. Y Entei, el Pokémon del fuego, rugió con furia, llamas que salían de su cuerpo mientras cargaba hacia adelante.

En un abrir y cerrar de ojos, desaparecieron, perdiéndose en el horizonte como si el viento mismo los hubiera llevado lejos. La gente quedó paralizada, preguntándose a dónde habían ido, qué les había impulsado a huir. No sabían que los Pokémon habían corrido, no por miedo, sino porque sabían que su poder era demasiado grande para quedarse en un solo lugar. Estaban destinados a recorrer la tierra, guardianes de Johto, libres para siempre de las cadenas del mundo.

A medida que pasaron los años, las historias de los perros legendarios siguieron propagándose, y la gente comenzó a buscarlos, con la esperanza de verlos de nuevo. Pero los tres Pokémon eran esquivos, siempre un paso adelante de aquellos que los buscaban. Se podía escuchar el trueno a lo lejos, el sonido de los pasos de Raikou. La lluvia caía suavemente sobre los prados, señal de que Suicune estaba cerca. Y el calor de las llamas ardía intensamente durante la noche, anunciando que Entei estaba cerca.

Nadie sabía dónde iban estos legendarios Pokémon o dónde aparecerían a continuación, pero algo era seguro: Ho-Oh les había dado un propósito. Eran los protectores de Johto, nacidos de las cenizas de la Torre Tin. Sus poderes eran un reflejo de los elementos que una vez destruyeron la torre, y ahora usarían esos poderes para proteger al mundo del caos que alguna vez se desató.

Y así, la leyenda de Ho-Oh y la reencarnación de los tres perros—Suicune, Raikou y Entei—se transmitió de generación en generación. La gente de Johto nunca olvidó el día en que la Torre Tin cayó, y siempre recordarían a los tres Pokémon legendarios que surgieron de sus cenizas. Su viaje no fue solo una historia de poder, sino una historia de redención, de segundas oportunidades, y de la inquebrantable conexión entre los elementos y las criaturas que los encarnan.

En cuanto a Ho-Oh, el majestuoso pájaro que dio vida a los perros legendarios, sigue surcando los cielos, símbolo de esperanza y renacimiento. Sus alas se extienden, lanzando un resplandor radiante sobre la tierra, recordando a todos que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una oportunidad para que la nueva vida surja de las llamas.

La leyenda de Ho-Oh y los tres Pokémon reencarnados sigue viva, y su historia está lejos de haber terminado. ¿Serás tú quien descubra la verdad detrás de su poder? ¿O serás, como muchos antes que tú, dejado en asombro ante el misterio que rodea a estos guardianes legendarios? La aventura apenas ha comenzado.

Para enterarte de todo sobre el mundo de los videojuegos descarga la app de VideoGaming 3D en Android.